sábado, 29 de octubre de 2011

¿EL CUIDADO DE LA CAVIDAD DENTAL EN LAS GESTANTES?

Los cambios que se producen en el embarazo hacen a la futura mamá más susceptible a la gingivitis y la caries.
 La higiene dental y los hábitos nutricionales adecuados destierran el viejo mito de que cada embarazo cuesta un diente.
Las alteraciones bucales del embarazo:
Durante el embarazo se producen grandes cambios en la mujer a todos los niveles: en el aspecto físico, en el químico y en el psicológico.
Esto hace que la cavidad bucal de la embarazada sea más susceptible a padecer gingivitis y caries.
1)     Gingivitis:
Durante el embarazo se produce un aumento de las hormonas llamadas prolactina y estrógenos las cuales condicionan cambios en las estructuras de todo el organismo y, entre ellas, especialmente en los tejidos de la boca.
 Estos tejidos aumentan la irrigación sanguínea y sufren una mayor capacidad inflamatoria ante los irritantes locales externos.
 Aumenta así la posibilidad de sufrir ciertas alteraciones como la gingivitis.
La placa bacteriana actuaría con más agresividad en unas encías cuyo estado está influido por las hormonas, la alimentación deficiente, el cambio de hábitos alimentarios o de pautas de higiene dental.
 La gingivitis consiste en una inflamación de las encías que aparecen enrojecidas, edematosas, sensibles y con tendencia al sangrado espontáneo o por estímulos pequeños como el masticar o cepillarse los dientes.
 Durante el embarazo esta alteración es tan frecuente y específica, que recibe el nombre de gingivitis del embarazo.
 Esta es más evidente a partir del tercer mes de embarazo.
 Si la mujer padecía previamente gingivitis o enfermedad periodontal, ésta empeora durante el embarazo.
Puede que no existiera previamente y se desencadene durante esta etapa.
Si la gingivitis no se trata, puede evolucionar hacia enfermedad periodontal con lesión de los tejidos de unión del hueso al diente, pérdida parcial de hueso y riesgo de pérdida de los dientes.
 En un pequeño porcentaje se observa un aumento localizado de la encía que recibe el nombre de granuloma, épulis o tumor del embarazo.
 2) Caries:
Es más frecuente durante el embarazo.
Diversos autores han estudiado un cambio en la flora bacteriana de la boca durante esta etapa, lo que unido a una mayor apetencia de la embarazada por los hidratos de carbono en general y los dulces en particular aumenta el riesgo de caries.
Por ello durante esta época deben seguirse cuidados específicos para conservar la salud bucal, que comprenden no solo una cuidadosa higiene bucal sino una adecuada alimentación.
 Alimentación:
Es fundamental tener una alimentación equilibrada no sólo para evitar las alteraciones bucales sino para la salud general de la madre y la salud y desarrollo de su bebé.
El proceso de formación de los dientes del bebé comienza entre el tercer y el sexto mes de embarazo.
Es importante un aporte adecuado de vitaminas como la vitamina A y la vitamina D y minerales como calcio y fósforo cuyo aporte esencial para la formación de los huesos y los dientes del futuro bebé.
 Es necesario también un aporte adecuado de lípidos, entre los que se encuentran los ácidos grasos esenciales.
Los ácidos grasos esenciales son el linoleico y el alfa-linolénico, que son precursores del omega 3 y omega 6, y son fundamentales, entre otras cosas, para el desarrollo adecuado del sistema nervioso.
 Las proteínas de calidad que aportan la carne, el pescado, los huevos y la leche son imprescindibles como material de construcción de todos los órganos del bebé.
 Es importante también un adecuado aporte de hidratos de carbono.
Son preferibles los llamados hidratos complejos, como el pan, las pastas, las patatas, el arroz, etc.
 Estos son la principal fuente de energía de liberación lenta y son necesarios para un adecuado equilibrio nutricional y para el desarrollo del bebé.
 Los hidratos de carbono simples o refinados son más cariogénicos que los complejos y pertenecen a este grupo el azúcar, y los alimentos dulces como los caramelos, los pasteles, la repostería, etc., los cuales tienen un gran potencial de producción de caries, por lo que deben evitarse.
 Durante el embarazo aumenta la apetencia por estos productos de modo que si la futura mamá los toma entre horas es aconsejable que se lave los dientes después. Higiene bucal:
Es necesario en esta etapa del embarazo extremar los cuidados dentales.
Las alteraciones bucales propias del embarazo, aunque frecuentes, no son inevitables y pueden prevenirse realizando una adecuada higiene dental con un cepillado después de las comidas y usando la seda dental.
 Una limpieza cuidadosa eliminará la placa bacteriana que es la causante de la caries dental y de la gingivitis.
 Es preferible usar un dentífrico que contenga flúor, que es antibacteriano y refuerza el esmalte dental.
 Visitas al odontólogo:
Lo ideal es comenzar el embarazo con una boca sana, sin caries ni otros problemas como gingivitis, sarro, flemones, etc. ya que estas patologías no sólo afectan a la salud de la madre, sino también a la del hijo.
 Es aconsejable realizar visitas periódicas al dentista, que podrá efectuar los tratamientos oportunos y detectar y prevenir cualquier alteración para que la salud bucal sea la óptima.
Si no se ha acudido antes, las revisiones dentales pueden hacerse sin problema durante el embarazo.
 Pueden realizarse algunas intervenciones odontológicas ya que existen ciertos fármacos y anestésicos que pueden usarse durante el embarazo.
Pero los tratamientos que no sean de máxima urgencia deben posponerse para después del primer trimestre.
 En la última mitad del tercer trimestre también es aconsejable evitar las intervenciones odontológicas.
 Si no se tiene el hábito de acudir al dentista cada seis meses este es un buen momento para comenzar a hacerlo


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