La respiración bucal constituye un síndrome que puede ser etiológicamente diagnosticado por causas obstructivas, por hábitos y anatomía.
Los que respiran por la boca por obstrucción, son aquellos que presentan desviación del tabique nasal, cornetes agrandados, inflamación crónica y congestión en la mucosa faringea, alergias e hipertrofia amigdalina.
Los que lo hacen por costumbre, mantienen esta forma de respiración aunque se les haya eliminado el obstáculo que los obligaba a hacerlo.
Los que lo hacen por razones anatómicas, son aquellos cuyo labio superior corto no les permite un cierre bilabial completo, sin tener que realizar enormes esfuerzos.
El respirador bucal tiene algunas características básicas que permiten su diagnostico por profesionales como por familiares en la mayoría de los casos, estas son:
· Ojeras.
· Dormir con boca abierta.
· Ojos cansados y sin brillo.
· Paladar profundo.
· Arcada dentaria superior estrecha.
· Labio superior corto y normalmente mostrando los dientes.
· Incisivos normalmente para adelante.
· Escaso desarrollo de tórax.
· Amígdalas grandes.
· Adenoides grandes.
· Escoliosis.
· Pie plano.
· Deglución atípica.
· Succión digital.
· Ronquidos.
· Disminución de la capacidad intelectual.
DOLENCIAS RELACIONADAS
Es importante citar algunas de las principales dolencias involucradas en el Síndrome del Respirador Bucal para que se pueda diagnosticar y tratar antes de que el paciente empeore.
· Rinitis.
· Sinusitis
· Otitis
· Hipoacusia
· Disturbios cardiovasculares y neurológicos
· Amigdalitis a repetición
· Hipertrofia de adenoides
· Asma
· Ronquido
· Apnea del sueño
· Convulsiones.
ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO
El Síndrome de Respirador Bucal también afecta el comportamiento psicológico del individuo que normalmente presenta las siguientes características:
· Ansiedad
· Irritabilidad
· Impulsividad
· Dificultades de concentración (que llevan a un mal desempeño escolar)
DISTURBIOS DEL SUEÑO
El problema es que esta respiración bucal no se limita a ser incómoda sino que puede provocar disturbios serios como problemas del sueño:
· Terror nocturno (el niño se levanta llorando sin causa aparente)
· Pesadillas
· Sueño agitado
· Somnolencia durante el día
· Despertar cansado
· Apnea del sueño
DISTURBIOS ALIMENTARIOS
El respirador bucal tiene una difícil tarea de comer y respirar por la boca al mismo tiempo.
Normalmente, los padres y parientes le piden al niño comer con la boca cerrada, un principio básico de educación.
Con todo, este principio es muy simple para quien respira correctamente pero para el respirador bucal esta tarea se torna difícil.
De esta manera el niño puede ser:
Ø Obeso: cuando el niño come grandes cantidades; coloca mucha comida en la boca, mastica poco y traga rápidamente para poder respirar de nuevo, generalmente bebiendo grandes cantidades de líquido.
Ø Delgado: coloca pequeñas cantidades de alimento en la boca, mastica mucho y come pocas cantidades.
Esta combinación normalmente deja al niño extremadamente delgado.
PROBLEMAS POSTURALES
Generalmente el respirador bucal presenta alteraciones posturales que pueden ser leves o severas caracterizándose por:
· Cabeza inclinada para atrás
· Hombros inclinados para adelante
· Pecho para adentro
· Abdomen para afuera (lordosis)
· Pie plano
Tratamiento odontológico:
El respirador bucal necesita de tratamiento urgente que corrija la causa del problema y no sus complicaciones.
Estos pacientes en su gran mayoría necesitan de un tratamiento ortodóncico/ortopédico facial que corrija las estructuras óseas y respiratorias.
ES IMPORTANTE RESALTAR QUE RESPIRAR POR LA NARIZ ES UNA CUESTION DE HÁBITO
El objetivo del tratamiento odontológico (y multidisciplinario) es modificar la estructura bucal para permitir la respiración correcta a través de aparatos fijos o móviles.
¿COMO SE PUEDE PREVENIR?
· Alimentar al bebe con pecho materno por lo menos 6 meses.
· Esta práctica acostumbra al bebe a respirar por la nariz y desarrolla una base ósea sólida para el nacimiento de los dientes temporarios y permanentes del niño.
· Evitar que el niño use chupetes, mamaderas y la succión del dedo pulgar.
· Observar si el niño duerme con la boca abierta
· Concurrir habitualmente a los controles con el pediatra.
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