lunes, 19 de septiembre de 2011

ENFERMEDADES MAS COMUNES DE LA CAVIDAD BUCAL

Caries:
Es una enfermedad infecciosa multifactorial que se caracteriza por la destrucción de los tejidos duros del diente.
Como consecuencia de una desmineralización provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana a partir de los hidratos de carbono de la dieta.
Si no es tratada, tras la destrucción del esmalte ataca a la dentina y alcanza la pulpa dentaria produciendo su inflamación, pulpitis, y posterior necrosis (muerte pulpar).
La disciplina que estudia las caries dentales se denomina Cariología.
Una vez producida ésta se trata al diente afectado con técnicas operatorias utilizando materiales de restauración estéticos como los ionómeros vítreos y resinas así como no estéticos como la amalgama.

Enfermedad periodontal:
La enfermedad periodontal, cuyo factor etiológico primario es el biofilm dental.
Puede provocar alteraciones gingivales como la gingivitis en prácticamente toda la población adonde la higiene oral no es adecuada.
Se considera a las enfermedades periodontales como infecciones en las estructuras de soporte de los dientes (hueso, ligamento periodontal y encías) causadas por bacterias presentes en la placa.
Las alteraciones más comunes, en lo referente a enfermedades, son gingivitis (inflamación de las encías) y periodontitis (pérdida del soporte óseo de los dientes).

Gingivitis:
Es la inflamación de las encías que afecta a  los adultos y niños.
Las características clínicas principales son el sangrado  del borde gingival al cepillado o espontáneamente, edema y cambio en la textura de la encía.
La causa principal es la acumulación demasiada de bacterias (placa) entre la encía y el diente.
Si persiste la gingivitis por largos periodos, meses o años, podrá evolucionar hacia una periodontitis, cuyo daño principal  es la pérdida de soporte de los dientes e incluso hacia la pérdida de los dientes.
Se aconseja el correcto cepillado de los dientes y encías y el uso de hilo dental o cepillos interdentales por lo menos una vez al día.
El tratamiento es la eliminación de la placa y del sarro por medio de sesiones de raspado y alisado de los dientes.
Tras el tratamiento local tenemos el restablecimiento de la salud gingival de 7 a 21 días.
La gingivitis puede también tener influencias de factores sistémicos como la diabetes, trastornos hormonales, inmunológicos y otros.
Es importante mantener la disciplina en el cepillado diario, además de una revisión periódica por parte del dentista.
En los sitios donde ocurre el sangrado se debe intensificar y mejorar el uso del hilo dental y cepillos.
El dentista a veces tiene que eliminar algún punto retentivo de placa (restauraciones o sarro) para restablecer la salud gingival.

Periodontitis:
Es una enfermedad que lleva a la pérdida gradual de los tejidos de soporte del diente: hueso, ligamento periodontal y cemento.
Al igual que la gingivitis, la causa principal es la acumulación de placa entre la encía y el diente.
La enfermedad ocurre con más frecuencia en los individuos adultos con más de 35 años. Suele también, en menor frecuencia,  afectar a las personas jóvenes o incluso a los niños.
Alteraciones sistémicas como la diabetes pueden influir en el curso de la progresión de la enfermedad.
El tabaco y el  estrés son factores que intervienen en las periodontitis activas (no tratadas).
Las características no siempre son perceptibles, sobre todo en el inicio y solamente el examen clínico y radiográfico podrá identificar la enfermedad.
Los tratamientos se basan en la eliminación de la causa a través de raspado, alisado y pulido de los dientes, además de una buena higiene oral.
El afta o estomatitis aftosa:
 Es una lesión o úlcera mucosa, como una pequeña herida o llaga.
Se localiza generalmente en la mucosa oral de bordes planos y regulares rodeada de una zona de eritema.
Está a menudo cubierta por una pseudomembrana.
Se ha asociado con virus y hongos, pero no existe relación causal entre Candida albicans y afta.
Generalmente aparecen en la zona interior de los labios, las mejillas, o la lengua.
No es una inflamación contagiosa, ni se transmiten de una persona a otra.
Puede presentarse con una o más lesiones recubiertas de una capa amarillenta sobre una base roja, las cuales tienden a recurrir.
No suele acompañarse con fiebre aunque a menudo son dolorosas.
Por lo general comienzan con una sensación de ardor en el sitio de la futura úlcera.
Al cabo de varios días progresan a una tumefacción que se vuelve ulcerosa.


El área de color gris, blanca o amarillenta se debe a la formación de fibrina, una proteína asociada con la coagulación de la sangre.

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